“Pim pam pum” y eliges "al blanco”, por sólo 3.000 €
Ahora ya lo tengo claro. Ir al fútbol tiene un nuevo aliciente: cual atracción de feria, puedes probar a “tirar”, con un mechero o lo que lleves encima, a cualquier jugador (o árbitro). Idealmente que sea del Madrid, para tener un “blanco” más óptimo.
El último incidente, en el Reino de Navarra (campo del Osasuna), tuvo lugar la pasada semana durante el encuentro que les enfrentaba al Real Madrid. En el minuto 43, Casillas se agachó a recoger una pelota, detrás del arco, cuando un encendedor arrojado desde la tribuna le golpea en la cabeza. El portero pudo continuar jugando y el Madrid finalmente ganó el partido, gracias a algo más que un “hat-trick”(*) del holandés van Nistelrooy (metió cuatro el tío).
A pesar de ser la segunda vez que ocurre en este estadio algo parecido, la Federación Española de Fútbol le ha impuesto una multa de 3.000 euros al Osasuna. Eso sí, acompañada por una advertencia de que una repetición del incidente podría provocar el cierre del estadio, al menos por un partido.
Los que quieran practicar el “pim pam pum”, interpretando adecuadamente el mensaje de la Federación, deben saber que les puede salir por unos 3.000 € (que además no pagan ellos, sino el club), acertarle en la cabeza a algún jugador. Y si es la segunda vez, te dan un aviso de “cierre”.
Como buen “culé” me apasionan los partidos en los que pierde el Madrid, casi tanto como los que gana el Barça. Pero como amante del Fútbol, no puedo menos que protestar enérgicamente ante tamaña injusticia. Seguro que alguien me recuerda el episodio de la “cabeza de cerdo“, aquel animal que se “suicidó” arrojando su propia cabeza, claro, al terreno del Camp Nou en un Barcelona-Madrid, cuando reinaba Gaspart (“es que han venido a provocarnos!”).
¿Pero es que ningún campo puede ser cerrado porque los incompetentes del Comité lo pasaran por alto esa vez?, ¿a partir de ese momento ya no se puede cerrar ningún estadio? Seguro que somos muchísimos, “culés” o no, los que pensamos que una injusticia no puede tapar otras. Las injusticias son injusticias. Es cierto que la presión mediática y otros poderes pueden influir en el ánimo de los jueces pero, en ese caso, habrá que cambiar a los jueces, ¿no?
(*) Cuando un jugador de fútbol marca tres goles consecutivos en un mismo partido la proeza recibe el nombre de hat-trick. El término proviene del críquet inglés, en el que cuando un jugador conseguía tres puntos consecutivos se le regalaba un sombrero (“hat” en inglés) a cargo del club. “Hat-trick” significa, pues, “broma del sombrero”.
El último incidente, en el Reino de Navarra (campo del Osasuna), tuvo lugar la pasada semana durante el encuentro que les enfrentaba al Real Madrid. En el minuto 43, Casillas se agachó a recoger una pelota, detrás del arco, cuando un encendedor arrojado desde la tribuna le golpea en la cabeza. El portero pudo continuar jugando y el Madrid finalmente ganó el partido, gracias a algo más que un “hat-trick”(*) del holandés van Nistelrooy (metió cuatro el tío).
A pesar de ser la segunda vez que ocurre en este estadio algo parecido, la Federación Española de Fútbol le ha impuesto una multa de 3.000 euros al Osasuna. Eso sí, acompañada por una advertencia de que una repetición del incidente podría provocar el cierre del estadio, al menos por un partido.
Los que quieran practicar el “pim pam pum”, interpretando adecuadamente el mensaje de la Federación, deben saber que les puede salir por unos 3.000 € (que además no pagan ellos, sino el club), acertarle en la cabeza a algún jugador. Y si es la segunda vez, te dan un aviso de “cierre”.
Como buen “culé” me apasionan los partidos en los que pierde el Madrid, casi tanto como los que gana el Barça. Pero como amante del Fútbol, no puedo menos que protestar enérgicamente ante tamaña injusticia. Seguro que alguien me recuerda el episodio de la “cabeza de cerdo“, aquel animal que se “suicidó” arrojando su propia cabeza, claro, al terreno del Camp Nou en un Barcelona-Madrid, cuando reinaba Gaspart (“es que han venido a provocarnos!”).
¿Pero es que ningún campo puede ser cerrado porque los incompetentes del Comité lo pasaran por alto esa vez?, ¿a partir de ese momento ya no se puede cerrar ningún estadio? Seguro que somos muchísimos, “culés” o no, los que pensamos que una injusticia no puede tapar otras. Las injusticias son injusticias. Es cierto que la presión mediática y otros poderes pueden influir en el ánimo de los jueces pero, en ese caso, habrá que cambiar a los jueces, ¿no?
(*) Cuando un jugador de fútbol marca tres goles consecutivos en un mismo partido la proeza recibe el nombre de hat-trick. El término proviene del críquet inglés, en el que cuando un jugador conseguía tres puntos consecutivos se le regalaba un sombrero (“hat” en inglés) a cargo del club. “Hat-trick” significa, pues, “broma del sombrero”.
Hat-trick es también un nuevo programa de ayudas económicas lanzado a principios del 2003 por la UEFA (270 millones de euros para remodelaciones de estadios, promoción de la práctica del fútbol y formación y educación deportiva mayoritariamente).
Y hattrick, escrito sin guión, es un nuevo fenómeno lúdico que está teniendo lugar de forma silenciosa pero imparable en Internet desde hace algunos años.
2 comentarios:
Pues para ser culé pareces más bien "merenge"... ¿es que al Barça no le han maltratado en ningún campo?
Que no hable de, por ejemplo, la "Final de las Botellas" (año 1968 en el Bernabeu), cuando el Barça gano 1-0 al Real Madrid en la Final de Copa y la afición madridista no encajó bien la derrota, dedicándose a lanzar botellas al campo mientras los jugadores intentaban dar la vuelta de honor, no quiere decir que no nos acordemos. Todos tenemos cosas que contar, pero es igual de injusto para unos, que para otros, no?
Por cierto, aquellas botellas eran de vidrio y, a raíz de este incidente, se prohibió la venta de botellines de vidrio en los campos de fútbol. Hoy día la bebida se distribuye en vasos de plástico. Algo mejoramos!!!
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